Mi tren del pensamiento es una máquina magnífica, desafía las leyes de la gravedad, la termodinámica, la física y la astrofísica. Es una entidad indetenible que aún no consigue su pared inamovible. Tiene su propio campo magnético, posee gravedad y atmósfera, es masivo y solía tener órbita un poco más allá de la tierra, alrededor del sol. Utiliza una batería de un elemento aún no descubierto, fuente inagotable de energía. He llegado a pensar que más que una simple esquirla organizada de algún metal con un nombre impronunciable, es una estrella pequeña de hidrógeno que quedó atrapada en la caldera y provee de una energía casi infinita la maquinaria. El calor no es un problema, sale en forma de vapor de agua como los trenes antiguos de vapor y carbón. Solo que este no usa ni agua ni carbón vegetal.
El vagón principal, donde está el maquinista, es futurista, el metal es negro y tiene acentos rojos. Las letras en dorado tienen su nombre escrito en uno de los costados, Allegra. Si mi tren del pensamiento tiene nombre de mujer. Su número de identificación es el 298. Día en el que fue concebido inicialmente el armazón principal y la máquina propulsora. Años después el resto de los vagones fueron incluidos paulatinamente: Lenguaje, comunicación, motricidad fina, memoria, conciencia y los distintos dotes y formas que componen este motor obsidiano.
Originalmente el tren se movía a una velocidad más alta, menos vagones que arrastrar, menos peso que halar. A medida que ha ido creciendo se ha ido haciendo considerablemente más largo, más pesado, más lento, algunos vagones han crecido y ahora se componen de 4 o 5 partes diferentes, algunos incluso han desarrollado segundos pisos y la carga estelar es más variopinta.
Quizá de todos los vagones el que más llama la atención, por su color, es el vagón donde está la memoria musical. Escarlata con letras doradas, y ocupa cerca de unos 12 o 13 magnitudes más que los demás. La atracción principal y la cola del tren. Todo lo demás está atrapado como un sándwich en la mitad, con vagones de colores carnavalescos, algunos sobrios, otros hasta sombríos.
Hay compartimentos para todo, cada cosa que ocupa un espacio en la memoria tiene asignado un vagón. Rara vez los vagones son desacoplados y dejados a su suerte flotando en el vacío del espacio, en un rincón a la sombra de un titán de gas, dando vueltas alrededor de los anillos de otro de los titanes, o quizá aparcado en el cinturón de asteroides.
Sin embargo mi tren se descarriló. Consiguió una desviación inexorable y se desvió de su órbita, y anda sin control alrededor del sistema solar, a razón de 0.2c. En este tiempo ha pasado por tantos sitios diferentes. He visto las estaciones cambiar en el centro líquido de Júpiter, la aurora borealis en el polo Norte de Saturno, las bengalas solares de Sol en el invierno terrestre, y por supuesto el lado oscuro de la Luna, que como narra casualmente “Eclipse”
comments powered by DisqusThere is no dark side of the moon really
Matter of fact it’s all dark
The butterfly counts not months but moments, and has time enough
Rabindranath Tagore