A mi madre, y muy probablemente a todas las mamás.
comments powered by DisqusQuerida mamá: quiero empezar esta carta diciendo lo mucho que agradezco que hayas sido dura conmigo cuando lo necesitaba, eso crea carácter y disciplina, que me hayas regañado cuando me portaba terriblemente mal, eso me creo orden en la vida, que me hayas hecho entender que no podía hacer lo que me daba la gana sin ganarmelo o construirlo y disculparme cuando le hacía daño a alguien, eso me enseñó respeto por los demás.
También la típica frase “Bueno hay x para cenar, es eso, o agua, y si no cocinate tu algo” por que me enseñó a tener hábitos sin discriminar ninguna fruta por su color (es que esas frutas como rojas son medio racistas ¿saben?)
Organizar mi cuarto solo logró enseñarme a poner orden en los proyectos del futuro, las tertulias para hacer la tarea del colegio para terminar los proyectos que arrancaba, y seguramente esa insistencia en que aprendiera a leer a una edad tan temprana.
Luego ya grande ser la voz que ponía orden en la tormenta de ideas desde el punto de vista de la experiencia y el haberlo vivido, un libro abierto de experiencias y de cosas de como ver el futuro, y por supuesto, más aún, permitirme estrellarme de cabeza y terminar siendo un zeppelin incendiado, aprendizaje invaluable de los errores. Que no se si adrede o simple error de cálculo.
No quiero esperar que me pasen las cosas cuando ya no estés para decirte que tenías razón ni tampoco esperar para decirte cuanto te quiero y lo mucho que significas para mi. Jamás dejaré de pedir la bendición, y entender que solo de la constancia y del trabajo se puede fabricar algo duradero.
Y si definitivamente tenías razón, siempre. como todas las madres tienen razón siempre cuando nos advierten algo y uno terco va y lo hace y se da con la batea en la frente.
A mi mamá, a todas las madres, ustedes saben, y nosotros solo vamos equivocandonos por la vida hasta que nos convertimos en padres y pasamos a ocupar el espacio dejado por ustedes.
Lloraron hasta los hombres, que lloran sólo una vez
Héctor Gagliardi
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