Hay gente buena, gente mala, gente loca y gente chismosa. Hoy nos enfocamos en los últimos.
En todos los sitios de trabajo, comunidades de personas, edificios, condominios, barrios, urbanizaciones, vecindades, complejos habitacionales, oficinas y demás sitios donde hay más de 5 personas, de diferentes profesiones, edades, credos y corrientes políticas, hay gente que les gusta chismear; Bien sea por que les entretiene estar hurgando en la vida de los demás o simplemente porque la suya es tan aburrida que necesitan la adrenalina (supongo) que genera un chisme nuevo y compartirlo a las espaldas del acusado.
El perfil de un chismoso es fácil de identificar, siempre están pendientes de las conversaciones ajenas, si notan algo diferentes en tu vestimenta (una prenda, unos zapatos, un ganchito para el cabello) te atacan a preguntas; Regularmente los chismosos son mujeres con un olfato para averiguar las cosas que da miedo, no significa que no haya hombres chismosos y pueden estar seguros que son peores, por que hablan de más e inventan cosas y situaciones, pero ya vamos para allá.
Los chismes como buenos rumores de pasillo son historias sacadas de contexto y desproporcionadas con una pizca de inventiva e imaginación (y hasta de mentiras y falsedades) de lo que el chismoso cree que está sucediendo según la historia que conoce, básicamente un chisme es el “Rellene los espacios en blanco” de la vida de alguien más. Es interesante este fenómeno, y se da más que todo donde hay un grupo de personas que se ven, todos los días y comparten muchas horas juntos, pero quizás no se relacionan de forma directa todo el día con esa persona. Les pongo un ejemplo:
La vecina del 5, lleva todos los días a su chamo al colegio, y una amiga que también lleva su hijo al colegio la recoge y le da la cola hasta algún lugar en la ciudad. Dado que es agradecida, le lleva el desayuno para compartirlo, un jugo de algo, un chocolate cualquier cosa. Todos los días, de lunes a viernes.
El vecino de la torre A, va a la misma calle, todos los días, a hacer una entrega de mercancía, religiosamente. Un día nota como una camioneta recoge a la vecina del 5, vidrios oscuros, no sabe quien es. Y es ahí donde nace el primer chisme:
“¿Viste que a Susanita la van a recoger al colegio todos los días?”
“¡Una camioneta de vidrios oscuros!” Ya el chisme se regó “¿quién será que la recoge?” y es aquí dónde empieza a salir la curiosidad “¡Seguramente es el amante!” ya de ahí en adelante se entera la torre A, la torre B, el conjunto del frente, y todos los ojos se posan sobre Susanita y empiezan a salir rumores por todas partes
“¿Viste quien la recogió esta mañana? Ese hombre tiene el cabello largo, ¡Y la muy descarada le lleva el desayuno! ¡Y cambió de carro! ¡Seguro es el dela mujer! Hombre descarado en la vida” y bueno de ahí para abajo se hace una locura.
Los chismes nacen de la información incompleta, si una chica se interesa por su trabajo, y sigue a su jefe a todas partes, porque su descripción de trabajo así lo requiere el chisme regularmente es “¡Seguramente se acuesta con el Señor Kraftmann! ¡Si no como se compró ese celular tan caro! Ella no gana tanto, seguro él se lo trajó de los estados unidos, y con la mujer al lado, no, no, ¡así no se puede!”
Los chismosos son peligrosos en una cantidad de niveles inimaginables, crean rencillas, generan divorcios, pelean amigos, y se regodean en la miseria generada por el chisme, y cuando su historia original (Y salvaje) se acerca remotamente a la realidad saltan con un “¡Te lo dije!”
Experimento Científico de Expansión Chismográfica
Hace unos años, trabajaba yo en una empresa informática, y por supuesto como era de esperarse, el grupo de desarrolladores, andábamos para arriba y para abajo para todas partes, el grupo de soporte eran puros muchachos sin oficio en la vida. Venezuela acababa de implosionar y la crisis se comía todo por todas partes.
Un chisme como el anterior empezó a dar vueltas por la oficina “Susanita seguramente se acuesta con el jefe”; Bastante de mal gusto y falacia al fin y al cabo, decidimos hacer un experimento social, el cual tuvo resultados geniales, y hoy, 8 años después, aún me río del resultado.
Decidimos empezar un chisme nosotros mismos, y ver qué tan lejos llegaba, para esto hacen falta tres personas, dos que sean el objetivo del chisme, y una tercera cercana a estas dos que lo riegue de forma casual.
En este caso yo era parte de ese chisme y el chisme original fue: “Luisito y Susanita como que tienen algo”
Y por supuesto empezamos a escuchar por entre las paredes (por que las paredes ocultan menos de lo que imaginamos) “¡Pero Susanita es una mujer casada! ¿Cómo va andar pendiente de ese chamito? ¡Además que le lleva como 10 años! ¡Y tiene un hijo! ¿será que el marido no le da lo suyo?”
10 días más tarde los rumores se hicieron exagerados, desproporcionados y ya parecían un cuento de Macondo “Mira a Susanita, está como más gordita. Oye chico, ¿Será que está embarazada de Luis?” cuando alguien le comentó esto a la tercera persona, yo me fui de viaje un par de semanas a una conferencia con el jefe mayor. Cuando regresamos los rumores ya habían llegado a los clientes “¿Escuchaste que botaron a Luis por embarazar a Susanita? Que ganas, ¡y eso que Susanita es casada y tiene un hijo!” Hasta que Susanita no sabía si el hijo era de Luis o del Jefe mayor y miren, ya aquí nos reíamos a carcajadas.
Los chismosos por supuesto eran los chicos de soporte, que cómo dice mi mamá “Tienen la lengua tan larga que, se peinan con ella, la sacan, pasa un autobús, y queda lengua del otro lado”
comments powered by DisqusEver tried. Ever failed. No matter. Try Again. Fail again. Fail better
Samuel Beckett
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